Memoria húmeda
Archivo fotográfico familiar en Puerto Nariño.
Oscar B. Castillo - INSTRUCTOR
Manuel Rueda - Estudiante
Dolly Almeida - Experta Local
Agradecimientos a todas las familias de Puerto Nariño por compartir sus memorias y anécdotas.
La fotografía familiar, el álbum personal, los viajes, las experiencias e historias propias almacenadas en pequeños rectángulos impresos tienen un valor difuso otorgado en relación a una infinidad de escalas que van desde el aprecio más básico por el contenido de la fotografía, la situación y los personajes que en ella aparecen sin que prime una apreciación o análisis de elementos particulares en relación con el arte y el documentalismo en general o la fotografía como práctica en particular hasta un valor estético y discursivo más puntual y profundo que puede caracterizar una época, una población, una tendencia creativa, una visión destacada o la mezcla de estos y muchos otros factores para hacer de dicha imagen una representante protagónica de alguna de las múltiples manifestaciones del mundo interior y exterior, real o imaginario, que emplean la fotografía, muchas veces sin saberlo, como soporte final de esas ideas.
#20FOTÓGRAFOSAMAZONAS representó una oportunidad de inmersión en el archivo fotográfico de algunas familias de Puerto Nariño. Esta comunidad, que sin estar aislada está por demás alejada, posee una memoria fotográfica bastante difusa. La memoria está presente, las imágenes están ahí, atesoradas en páginas de cuadernos, en álbumes de otras épocas, en bolsitas "ziplock", en portaretratos de Toy Story o en soportes improvisados hechos con los materiales que difícilmente sobran en estos lugares recónditos.
La búsqueda del grupo surge al querer encontrar al fotógrafo del pueblo, un señor anciano llamado Álvaro Sánchez cuyo archivo en teoría contiene un amplio recuento de la historia reciente de Puerto Nariño. Don Álvaro nos recibe y con pena nos cuenta que alguna enfermera irresponsable pidió el archivo para copiarlo y nunca lo devolvió a su dueño. Él ahora tiene mal de Parkinson y no se encuentra en condiciones de emprender la misión de recuperación de dicho archivo.
Este primer contacto abre paso a la idea de revisar un poco las imágenes que guardan los habitantes y a través de ellas conocer el Puerto Nariño de antaño, un pasado que va desde el anteayer hasta los años lejanos de la fundación del pueblo.
La intención era en principio poder recuperar imágenes del álbum familiar y con ellas hacer una revisión de la actualidad del pueblo. No se trata de una búsqueda comparativa de "antes y después", sino de un ejercicio lúdico y maleable donde uno o varios elementos de la imagen original nos inspiraran una analogía en el hoy.
Dicha búsqueda se dio de forma variada al ser determinada por los elementos de mayor interés en la fotografía original. Personajes, situaciones, elementos visuales o la infinidad de sensaciones contenidas en algunas fotos "antiguas" orientaron la discusión y la búsqueda de su complemento actual.
Con este trabajo la principal intención era que el debate fuera constante y el cuestionamiento continuo. El proceso partía con la búsqueda del álbum (muchas veces una única foto perdida entre los utensilios domésticos y la borrosa memoria) y continuaba con la selección de las imágenes de mayor interés estético, histórico o narrativo, intentando siempre dialogar con el habitante local poseedor del álbum, un poco el valor particular de cada imagen y lo que podrían representar para la memoria colectiva o las pequeñas historias personales. Luego de esto venía la discusión entorno a cómo representar su contraparte actual sin redundar en el mensaje, sin ser directos en la comparación al darle a la analogía sentidos más concreto o muy difusos al establecer la relación.
Se trató de un ejercicio interesante ya que cada imagen junto con la búsqueda de su complemento actual requerían de una discusión propia que podía tocar la fotografía vernácula, doméstica, humilde y honesta; sin más interés ni pretensiones que atesorar momentos personales, la fotografía antropológica, el documentalismo, el fotoperiodismo, la fotografía de ilustración, la fotografía artística con puestas en escena e incluso la mezcla de algunas de estas prácticas en función de las necesidades expresivas y de los límites éticos permitidos en relación con nuestro discurso y las herramientas que empleamos para compartir el mismo.
Más que verdaderamente recopilar la historia del pueblo, el proyecto se orienta a revisar sus pequeñas historias, sus micro-vidas encerradas en pequeños instantes para saber, más que cómo era Puerto Nariño, quiénes son sus habitantes, cómo eran y cuáles son los trazos - imaginarios o palpables - que podemos encontrar en el ahora. La discusión pasa de esta manera por cúspides muy concretas, aunque su representación sea más sutil, sobre hechos vinculados a la memoria oficial y a la posible construcción / imposición de un discurso y una visión dominante (digo posible por no atrevernos a ser tan contundentes con los pocos elementos con los que contamos) sobre una idea más extensa pero menos vinculada al poder y a sus mecanismos de auto-proclamación. Por otro lado la misma discusión puede orientarse a algo más volátil y mucho menos aprehensible y a la validez de la expresión personal donde el sentimiento y su no-forma pueden ser la única y mejor manera de vincularnos al pasado a través de lo que la visión distante de ese pasado genera en mí como observador y creador de memoria.
Para concluir pienso que es importante destacar las múltiples discusiones e intercambios de ideas que este proyecto fue generando a lo largo de la semana.
Una revisión completa de conceptos como realidad, memoria, colectividad, cultura, transculturización, inclusión, colaboración, entre muchos otros conceptos sirvió de herramienta para comprender cómo abordar cada nueva imagen y entender con ello que las fronteras en las prácticas son más tenues de lo que nos imponemos pero al mismo tiempo fundamentales para que la buscada sinceridad del mensaje no se pierda y se vuelva un engaño voluntario. Pienso que el principal alcance, además de la importante tarea de contacto directo tanto con el archivo como con sus protagonistas, ha sido el uso de diferentes acercamientos a la fotografía de manera complementaria, utilitaria y, si se quiere, unificadora. Allí, engranando con toda la discusión actual de los diversos valores-aciertos-errores-debilidades de las prácticas fotográficas, creo que está el principal valor de este trabajo.